MISION - VISION

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sábado, 1 de mayo de 2010

EL MEJOR NEGOCIO DEL MUNDO


LECCION 1

Mateo 13: 45,46.
“También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró”

Servir a Dios es el negocio más grande del mundo.

“Debemos provocar los cambios necesarios para que la obra de Dios se desarrolle con eficacia”.

No necesitamos de un sermón ni de una motivación; necesitamos montar estructuras que garanticen que el asunto funciona; para ello necesitamos radicalidad en algunos aspectos.

Necesitamos cambiar la mediocridad, la mente mediocre en lo que significa servir a Dios; eso hay que cambiarlo Radicalmente.

¿Por qué hay que cambiar radicalmente respecto a la mentalidad que tenemos de lo que significa hacer algo para la Gloria del Señor? Hay que cambiar de mentalidad porque la forma como nosotros vemos como se desenvuelven las cosas, la gente hace las cosas, el liderazgo hace las cosas, como que si le está haciendo un favor al pastor o a Jesucristo, o al líder, como que si de pronto está haciendo algo para llenar un informe y para que no quede mal, pero el liderazgo necesita NACER DE NUEVO en lo que significa servir a Dios; este es el privilegio más grande del mundo.

Esa falta de respeto a un propósito, a la visión, hace que no se valore el producto; este es un negocio, el producto se llama alma, el jefe de la compañía Jesucristo y el jefe paga bien.

Hay que dejar de pensar que le estamos haciendo un favor al hombre y entender que este es el negocio del Padre y el Padre paga muy bien.

¿Cómo hacia Jesucristo para explicar esto? El le dice a sus discípulos que el reino de los cielos es semejante a un mercader, a un hombre que entiende los buenos negocios, un mercader es un tipo experto en perlas, al mercader le gustaban las buenas perlas; este hombre sabia donde había billete, sabia qué negocio producía, este hombre que conocía cuales eran las mejores perlas, los mejores diamantes, las mejores prendas; qué se podía comprar y qué no se podía comprar; le fue presentado el negocio del EVANGELIO DEL REINO.

Cuando este hombre recibió la oferta del mejor negocio la escritura dice que vendió todo lo que tenía y se dedicó a este negocio. Cuando observo todas las excusas, cuando observo que para otras cosas la gente pone más interés, cuando observo que la gente no quiere sacrificar, arriesgar por este negocio; la única manera de que usted no valore un negocio es que usted no entienda lo que usted está haciendo.

La única manera de que este hombre vendió todo lo que tenía para dedicarse a esta visión y consolidar este propósito y arriesgarse con todas sus fuerzas, con toda su alma y con todo su corazón, fue porque tuvo una conciencia que la perla que le presentaban era el negocio más grande del mundo.

“Ganar almas y consolidarlas con eficacia es el mejor negocio del mundo. El dueño de la empresa paga bien. Si me sacrifico paga bien, si me esfuerzo, si valoro, si lo honro, Dios paga bien”.

Todo en la vida, todo negocio en la vida tiene un riesgo; en todo buen negocio hay un riesgo. Este negocio está garantizado; tú puedes perder en los demás negocios pero en este tu Papá paga bien.

La casa de José y María, en Nazaret para el tiempo en que Jesús crecía; era la casa más importante, de mayores criterios arquitectónicos, tenía hasta su propio sitio para hacer sacrificios, tenía jacuzzi, tenía una cantidad de cosas; era una casa multimillonaria. Cuando usted estudia la historia pareciera un choque entre el éxito económico de José y su principio con la Visión de la consolidación eficaz.

La señorita llamada María le llega un personaje extraño, le dice, aquí está la Palabra: en tu ser se va a engendrar una visión; la visión se llama Salvación. Primero, encuentra una persona que arriesga su dignidad por la visión, arriesga todo. Todo comienzo tiene un sacrificio, se puede perder dignidad, palabra, comentario, presiones; toda obra grande, todo buen negocio tiene algo que hay que arriesgar.

Usted tiene que tomar en serio el asunto y estar dispuesto a arriesgarlo todo... O lo arriesga todo o no arriesga nada.

¿Cuál es el problema?: Es ser mediocre en las decisiones, el problema es que esto es un enemigo del propósito de Dios, si no lo arriesgas todo como este mercader, si no lo arriesgas todo como María, si no lo arriesgas todo, tú eres un tropiezo para alguien que si quisiera hacerlo bien.

Cuando los nuevos creyentes vienen sedientos, desesperados, queriendo hacer cosas, queriendo servir; la mediocridad, la impuntualidad, la irresponsabilidad, la falta de respeto a Dios hace que la gente se enfríe.

Servir a Dios es un riesgo, hay que arriesgarlo todo. Es como en las grandes ligas, el entrenador dice: o lo das todo o no sirves aquí. Por la Visión de Dios hay que darlo todo, por el negocio de Dios hay que darlo todo.

La criatura: la perla se llama Jesús, la perla se llama Salvación, la visión es Salvación; entonces, hay un riesgo que tú tienes que correr.

Entonces la niña se propone a correr el riesgo y empieza la incomodidad en el marido.
José propuso en su corazón estar con ella, arriesgarlo todo, creyendo una palabra profética, porque la visión camina es con profecía.

Cuando yo le creo a la Visión tengo riesgos, pero el que le cree a Dios ni en este tiempo, ni en los tiempos antiguos, ni en los tiempos venideros, no hay nadie que lo arriesgue todo por Dios, por la Visión de Dios, la visión es Salvación. No hay nadie que quede avergonzado.

El tipo de ofrenda que presentó José y María revelan:
El poco recurso que tenían.
El que no hubo lugar en el mesón; es porque llegaron tarde a rentar la clínica donde se suponía que naciera Jesús. La única manera de que una persona que sepa que tiene una mujer de nueve meses embarazada y que llegue tarde y que el lugar lo ocupó otro es porque no tenía el billete para rentarlo a tiempo, no había recursos suficientes para estar allí; otro ocupó su lugar.

Pero cuando la persona está clara en la visión, entiende que por la Visión de Dios hay que arriesgarlo todo.

¿Cómo es el asunto cuando los bebes nacen?
Los primeros tres días son decisivos para la vida de la criatura.

Cuando a José no le dieron lugar en el mesón porque llegó tarde, porque no tenía recursos; tuvo una batalla mental;

Primer planteamiento: no soy partero porque nunca he tenido hijos anteriores.
Segundo: no tengo condiciones lógicas.
Tercero: no hay ambiente;
Cuarto: impedir que la criatura se muera.

José por convicción radical en la visión pidió al Espíritu Santo que lo ayudara y en medio del monte y de animales venció la incomodidad lógica con tal de que no se muriera la criatura.

Él sabia que defendiendo esa criatura estaba su perla. Ahí estaba preparado para cuando saliera el niño, cortar el ombligo, limpiarlo, chequearle la respiración, chequearle los ojitos, limpiarlo del líquido venenoso de la placenta donde se mantenía que si lo come se contamina y se muere la criatura; atendiendo al niño, atendiendo a la mamá, con todos los hierros, envolviéndolo en pañales, hacer trabajo de limpieza, cuidando la criatura, pendiente de él, el enfermero de Dios; no se me puede morir, aunque no hubo lugar en el mesón, aunque no había condiciones lógicas la criatura no se puede perder. Si cada uno de ustedes toma esa conciencia de riesgo por la visión, seguro que al final de sus días será multimillonario.

José lo arriesgó todo. La crisis que se plantea dentro de la iglesia es que a la gente le gusta tanto lo fácil, tanto lo sabroso que la gente no quiere arriesgar todo por el negocio de Dios.

El negocio de la salvación determina: ¿le vas a dar con todo o no le vas a dar?

Los discípulos le preguntaron a Jesús: ¿qué recompensa hay para mí si yo me voy con todo en este negocio? Porque yo lo he dejado todo; y Jesús le dijo” No existe nadie ni en este tiempo ni en el venidero que haya dejado casa, familia, que en este tiempo Yo no le de cien veces más de lo que tenía y además le voy a dar la Vida Eterna.”

Hay una gran diferencia en las cosas que tenemos más allá y otra cosa las de aquí abajo.

Es necesario que dejes de pensar que cualquier esfuerzo que tú hagas por la obra, le estás haciendo un favor a Dios,

Esto es un negocio, no le estás haciendo un favor ni a tu líder, ni al pastor, ni a la pastora, ni al profeta, ni al apóstol.

Si le das con todo, si lo arriesgas todo, serás recompensado, no serás avergonzado; la mano de Dios se manifestará en grande sobre tu vida y sobre tu familia.

Tu principio es pequeño, tu final es grande.

David antes de ser el rey de Israel primero fue pastor de un puñado de ovejas y las defendió del león y del oso; honró lo que tenia y Dios lo llevó a lo grande.

Los enemigos más grandes que Dios tiene están dentro de su iglesia, los enemigos no son los mundanos, los enemigos no son los políticos, la piedra de tropiezo más grande a su propósito son la gente cómoda que no quieren arriesgar.

Levantemos una nueva cultura dentro del cristianismo. Necesitamos poner a temblar esta ciudad y esta nación.

El que determina dedicarse al negocio más grande del mundo asegura el final de sus días, a sus hijos, a las próximas generaciones; el que invierte en los nuevos, arriesgándolo todo por los nuevos, y levantando una nueva conciencia de arriesgarlo todo por la gente, todos sus esfuerzos tendrán su recompensa porque el Padre paga bien.

Era el momento de José, era el momento de María y era el momento del negociante. Cuando él vio que era el momento de su vida dijo: lo voy a arriesgar todo.

DECLARE: Lo voy a arriesgar todo, cero argumentos, cero excusas; da una orden y di: tienes que arriesgarlo todo por el negocio que se llama salvación.

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