MISION - VISION

MISION - VISION

sábado, 12 de junio de 2010

“EL PRIVILEGIO DE SERVIR I”


Lección 5

Mateo 1:18-21: Así fue como nació Jesús, el Mesías: Una joven llamada María estaba comprometida para casarse con José. Pero antes de que vivieran juntos, se supo que ella estaba embarazada. José era un hombre bueno y obediente a la ley de Dios. Como no quería acusar a María delante de todo el pueblo, decidió romper en secreto el compromiso. Mientras pensaba en todo esto, un ángel de Dios se le apareció en un sueño y le dijo: "José, no tengas miedo de casarte con María. El Espíritu Santo fue quien hizo que ella quedara embarazada. Cuando nazca el niño, lo llamarás Jesús. Él va a salvar a su pueblo del castigo que merece por sus pecados".

Mateo 20:28: “28 como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”

“Si alguno me sirve, mi Padre le honrará”.
“Pedro ¿me amas? Entonces apacienta mis ovejas”

José, ejemplo de obediencia

José es una de las revelaciones de servir a Dios más extraordinarias que existen en la Biblia.

Cuando él se enteró que su prometida estaba embarazada de otro, no quiso escandalizarla, sino que determinó dejarla en secreto. (Mateo 1:18)

José, aunque tuvo una guerra mental, determinó no hacer un escándalo, sino ser prudente con lo que no entendía.

Dios por esto le reveló su llamado a servir por su visión.

Debes vencer la batalla de la mente.

Para vencer la batalla de tu mente debes decidirte a no comer de tus sentidos.

La experiencia que le estaba ocurriendo a José es la peor que le puede ocurrir a cualquier novio comprometido.

A José le llegaron muchos pensamientos, pero la Biblia dice que este hombre era justo porque había determinado servir a Dios.

Para que esto fuera posible él se determinó a quebrantar el “YO”

Cada vez que Dios te llama con propósito es necesario enterrar el “YO”.
José derrotó el orgullo masculino. El machismo.
José derrotó sus temores.
José se opuso a las opiniones de los terceros.

Tu tienes que ver esta historia desde el punto de vista de la respuesta divina de redención para el ser humano, pero también desde el punto de vista de un hombre que tiene que afrontar sus dudas y temores, porque se acaba de cumplir una profecía de la manera que él no esperaba.

No fue fácil enterarse que su mujer estaba embarazada de otro.

Dios vio el corazón justo, es decir, temeroso de Dios, y el Todopoderoso envió su ángel y habló con José (Mateo 1:20)

José recibió su llamado de servir a la visión de Dios en este momento. Dios le dijo: “Primero será mi visión, primero nacerá mi hijo, primero lo mío y después lo tuyo.

Dios primero nos quebranta el yo y el orgullo; si morimos a nuestros propios deseos y cumplimos el plan de Dios, luego se activa todo nuestro éxito. (Mateo 6:33)

Si en algo Dios desafió a José fue diciéndole: “dedícate a lo mío, que yo me encargaré de lo tuyo”
Dios tiene que ir en contra de la concupiscencia egoísta que hay en nuestros corazones. (Juan 13:1-15)

El ser humano desde su nacimiento trae una concupiscencia egoísta. Está programado desde sus primeros años de vida con los deseos de ser grande; lleva un programa incorrecto y peligroso: “¿Si soy grande por qué no me sirven?”

Esta es una fuerza de concupiscencia que existe en todo los seres humanos.

Cuando Jesús fue a lavarle los pies a Pedro le dijo, “si no te dejas lavar los pies no tienes parte conmigo”

Toda persona que no entiende que debe renunciar a la cultura de este mundo, no podrá experimentar todas las bendiciones que Dios le tiene predestinadas.

La respuesta de Pedro parece espiritual, pero es una forma religiosa de ocultar su falta de servicio. Pedro le dijo “lávame las manos y la cara; lávarme todo”

Jesús no le estaba diciendo que él estaba pecando, lo que le quiso decir Jesús es que el tenia un principio maldito que chocaba con el Reino. Jesús le dijo: “estás libre de pecado; no tengo porque apartarte otra vez”

Jesús le quiso decir: tu problema no es salvación, sino cultura, te estoy enseñando que la grandeza en el Reino está en servir. “Debes quebrantar la maldición de la falsa cultura de servicio”

Jesús para quebrantar la maldición de la falsa cultura de servicio se quito el manto para servir.

Se quito el manto por el cual fluyó la virtud que sanó a la mujer del flujo de sangre

Se quitó el manto en el cual fluía la virtud de salud para todos, y se lo quitó para enseñarnos a servir.

Se quitó el manto que representa los dones y talentos.

Jesús se quitó el manto para demostrarnos que mientras mas Dios nos use, debe haber mayor conexión con nuestro llamado a servir.

Porque hay algo más grande que tus habilidades y dones, se llama servicio.

Confiese: ¡ESTOY DECIDIDO A SERVIR!

La recompensa de aquellos que responden al privilegio de servir

Dios envió a los reyes con todas las finanzas necesarias para bendecirlo económicamente, de modo que él y su familia no tuvieran ninguna necesidad (Mateo 2:10-11)

Servir a Dios es el mayor privilegio que existe entre cielo y tierra.

José lo arriesgó todo por la obra de Dios, y Dios le activó los camellos. Toda persona que se dedica a la obra de Dios será recompensado. ¡TÚ TAMBIÉN!.

Dos ejemplos de hombres que arriesgaron todo por servir:

Josué, fue presentado como los grandes de la historia por su convicción de servir, sin quejarse y sin protestar nada al lado de su líder Moisés (Josué 1:1-3)

Caleb, creyó la palabra y se dedicó a servir a Dios. Pasaron cuarenta y cinco años, y este perseveró sin cuestionar nada, sabiendo que Dios es bueno y fiel. (Josué 14:6-13)

A Caleb Dios le dio uno de los lugares mas privilegiados que existen en el planeta tierra: las cuevas de Hebrón: allí están los restos de todos los patriarcas. Allí fue reconocido y ungido David como Rey. Hebrón fue su recompensa por servir. TÚ TAMBIÉN TENDRÁS LA TUYA.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Credencial Facebook